jueves, 24 de noviembre de 2016


LOS ESPÍAS



Intro.

Todos tienen un nombre oculto debajo de sus trajes. Es un nombre que cambia sus rostros y sus personalidades. Hoy conversaba con alguien más mientras espías en mi cabeza hacían cambiar mis ideas. No estamos protegidos. No estamos seguros en ninguno de nuestros ambientes. Los espías tienen rostros en cada uno de nosotros y antes de entender esta emboscada, me encuentro con que soy uno de ellos.






Cuerpo.


Después de Metrópolis (1927), Fritz Lang gozaba de una aún mayor integridad como realizador y sus películas eran esperadas con grandes expectativas. Un año después, Lang crearía Los Espías, una obra que se vería perjudicada por la pérdida y destrucción de negativos, pero que formaría parte del cuerpo importante de películas de finales de los años veinte donde la coordinación entre Lang y Thea von Harbou se encontraba en plena forma. Es en este mismo año que Europa se encontraba influenciada por Estados Unidos en el proceso de crear películas habladas, algo que Lang desestimaba y que veía negativo en el cine. Su resistencia le permitiría continuar con su obra muda en 1929 con Mujer en la Luna, siendo recién en 1931 y bajo un novedoso uso del sonido que Lang aceptaría este uso con su renombrada M, El Vampiro de Düsseldorf.






Los Espías nos muestra un grupo interesante de actores. Por un lado encontramos a Rudolph Klein-Rogge, un gran actor del cine mudo, cuya carrera incluye El Gabinete del Doctor Caligari y uno de los actores regulares de Lang en presentaciones como Los Nibelungos, Metrópolis, El Testamento del Dr. Mabuse, entre otras. Klein-Rogge era el esposo de Thea von Harbou, quien tendría un amorío con Lang y que finalmente se divorciaría para casarse con el director austriaco. El rol femenino principal es de Gerda Maurus, quien también tendría mucha afinidad con Lang, quien sin prueba alguna la colocó en los roles principales de Los Espías y Mujer en la Luna. Se dice que Lang tendría un amorío con la actriz en plena filmación. El reparto lo completan Lein Deyers, una de las primeras actrices holandesas prominentes, Willy Fritsch, Paul Hörbiger, Hertha von Walther, el director rumano Lupu Pick, Fritz Rasp, entre otros.






El guion de Thea von Harbou y Fritz Lang mantiene la línea de conspiración delineada en previas entregas como El Doctor Mabuse y Metrópolis, y que también se mantendría en realizaciones habladas como M y El Testamento del Dr. Mabuse. Como si este fuera un tema preferido por la pareja de esposos, la complicación de la trama es uno de los nudos favoritos de ambos, en donde en un principio el caos de aquellos que infringen la ley es parte de todo el proceso de creación, desentonándonos en algo sobre quienes son los héroes y quienes no. Los Espías mantiene esta cuota de traición, encubrimiento y acción a los cuales nos acostumbra este dúo y que con brillantez desarrollaron durante su grata asociación.






Como ya se mencionó, Los Espías sufriría de la pérdida de los negativos, algo muy común con las obras de Lang en la etapa muda, debido a que tuvo que emigrar con la imposición del nazismo, teniendo que dejarlo de lado toda su obra anterior. Los Nibelungos, Metrópolis, M y todas sus demás películas sufrirían de pérdidas y destrucciones, pero que paulatinamente han ido encontrando sus mejores versiones en estas últimas décadas, siendo Metrópolis uno de los mejores ejemplos de restauración y búsqueda de elementos originales durante tantos años. Los Espías sería restaurado en 2003 y 2004 por la Fundación Friedrich Wilhelm Murnau, encargada en la preservación y restauración de obras del cine mudo y hablado, principalmente del director F.W. Murnau, pero que también busca recrear la mayoría de obras alemanas producidas entre 1900 y 1960. Su vasta filmografía y archivos han convertido a la fundación en un equipo importante dentro de este rubro.






Datos.

Título Original: Spione
Dirección: Fritz Lang
Año: 1928
País: Alemania
Intérpretes: Rudolph Klein-Rogge, Gerda Maurus, Lien Deyers, Louis Ralph, Craighall Sherry, Willy Fritsch, Paul Hörbiger, Hertha von Walther, Lupu Pick, Fritz Rasp, Grete Berger
Duración: 178 min.

miércoles, 9 de noviembre de 2016


LA DILIGENCIA




Intro.

Recorremos grandes distancias. Nos movemos rápidamente, dejando el tiempo atrás. El polvo y los paisajes no comparten nuestra óptica. Estáticos ellos se mantienen sin ningún interés del tiempo o de nuestras creencias humanas. En una pequeña diligencia personajes desenvuelven sus características y creencias, representando tantas cosas que queremos y odiamos. Así, avanza una diligencia y su destino está impregnado de dudas y peculiares encuentros.





Cuerpo.

La Diligencia es un antes y un después en muchas formas. Sería el primer western de John Ford en el cine hablado, ya que el maestro americano había dirigido varios en su etapa muda. También sería la primera vez que Ford hiciera un western en el Valle de los Monumentos, una escenografía que sería perfecta para futuros proyectos. Sería también la película que convertiría a John Wayne en una estrella y que lo ligaría decididamente con el género del western. La Diligencia revitalizaría el género demostrando que los westerns iban más allá de simples historias de aventuras entre vaqueros e indios, colocando en todo lo alto a Ford y a Wayne, cuya colaboración duraría décadas, dejando un legado impresionante de obras maestras.





Pero ser el protagonista de La Diligencia no sería nada fácil para Wayne. Desde el cine mudo y en pequeños roles, Wayne comenzó a ser parte de la industria pero sin mayores logros que destacaran sus habilidades histriónicas. En 1930, La Gran Jornada de Raoul Walsh sería un western a toda escala, y ayudaría a Wayne a empezar a crearse un nombre. Ford tenía una amistad cercana con el actor pero decidió no incluirlo en ninguno de sus proyectos de los años treinta porque sentía que aún no estaba preparado como actor. Wayne se mantuvo en pequeñas producciones y en muchos westerns de baja calidad hasta que en 1938 Ford le entregó el guion de La Diligencia.





En primera instancia, Wayne rechazó el proyecto, pensando que no era para él y recomendando a Ford que contrate a Lloyd Nolan para esa parte. La insistencia de Ford no solamente sería con el actor sino también con los productores, a los cuales les aseguraba que era Wayne y no otro el actor indicado para interpretar a Ringo Kid. Un primer trato con David O. Selznick terminaría siendo frustrante para ambas parte y Ford terminaría haciendo la película con el productor independiente Walter Wanger y United Artists, la compañía fundada en 1919 por Charles Chaplin, Mary Pickford, Douglas Fairbanks y D.W. Griffith.





John Ford fue uno de los más auténticos realizadores americanos de todos los tiempos. No solo revitalizaría el género del western sino que también crearía obras en dramas, romances, películas de guerra y otros géneros más, que lo encumbrarían como uno de los más grandes maestros del séptimo arte. Su habilidad para contar historias y plasmarlas en la pantalla lo hicieron un realizador de una sensibilidad e ingenio único, logrando ser un referente para sus pares y una institución en sí. Ford había creado a comienzos de los años treinta un grupo de películas interesantes, algunas muy destacadas pero La Diligencia sería un punto de quiebre, una película que tendría su firma personal y que sería acompañada con otras impresionantes producciones como Las Uvas de Ira (1940) y Que Verde era mi Valle (1941).





Cuando Ford aseguró a Wayne como su actor principal, tuvo que ceder ante la compañía para agregar a Claire Trevor como la principal estrella del filme. La falta de concreción de Ford con respecto al guion y muchos detalles, sobre todo el presupuesto, hicieron que Wanger quisiera contratar a Gary Cooper y Marlene Dietrich para asegurar réditos pero el director forzó por su elección en Wayne. Junto a Trevor y Wayne se sitúan varios actores que serían conocidos como regulares en las producciones de Ford como Andy Devine, John Carradine, Tim Holt, entre otros, unidos a buenas presentaciones de Thomas Mitchell, George Bancroft, Louise Platt, Donald Meek, Berton Churchill y Tom Tyler.





Sobre la historia hay ciertas discrepancias sobre la inspiración para La Diligencia. Dudley Nichols hizo el guion adaptado a partir de una historia que Ford había comprado para hacer la película, The Stage to Lordsburg de Ernest Haycox. Pero dicha adaptación, si bien es una fuente original, se ha puesto en duda debido a otras posibles fuentes utilizadas por Ford. Una de ellas según algunos autores sería Bola de Cebo de Guy de Maupassant. Otro de las fuentes señala que Los Renegados de Poker Flat, un cuento de Bret Harte, caería más en la forma como se construye la película. Ninguna de estas opciones puede ser aseverada y en cualquier caso, la obra de Haycox es la fuente principal para La Diligencia.





La Diligencia lograría ser nominada en 7 categorías para los premios de la Academia, incluyendo mejor película y mejor director. Al final lograría ganar en mejor actor secundario (Thomas Mitchell) y en mejor composición musical. La película también ganó algunos otros premios y sería muy alabada por críticos y público en general. El legado de La Diligencia es inconmensurable en cuanto al tratamiento de la historia y su vitalidad. A la dirección de Ford, la actuación de Wayne y compañía se le une la impecable coordinación entre los momentos de acción y el drama subyacente. Una de las fuentes sería el increíble Yakima Canutt, uno de los dobles más conocidos de la industria y uno de los primeros en implementar nuevas técnicas a sus riesgosas acrobacias. Junto a Wayne serían una espectacular pareja, cuya relación profesional se inició a comienzos de los años treinta. La película sería fuente de inspiración para Orson Welles quien diría que vio La Diligencia cuarenta veces antes de crear El Ciudadano Kane.





Datos.

Título Original: Stagecoach
Dirección: John Ford
Año: 1939
País: Estados Unidos
Intérpretes: John Wayne, Claire Trevor, Thomas Mitchell, Andy Devine, John Carradine, George Bancroft, Louise Platt, Donald Meek, Berton Churchill, Tim Holt, Tom Tyler, Chris-Pin Martin, Francis Ford
Duración: 96 min.