sábado, 13 de febrero de 2016


EL GRAN CARNAVAL



Intro.

Estamos atrapados en nuestra mente. Estamos atrapados en nuestros propios hogares. Durante todos los años que recorremos esta tierra, nos hacemos de cadenas sobre nuestro cuerpo y nuestra mente. Cada vez caminamos más lentos, cada vez elaboramos menos.






Cuerpo.

Billy Wilder es mundialmente conocido por sus comedias románticas y sátiras como Sabrina, Con Faldas y a lo Loco o El Apartamento, entre otras. Pero el polifacético director es también un gran creador de dramas como Días sin Huellas, El Crepúsculo de los Dioses o Testigo de Cargo, por nombrar algunas. En 1951, con algunos logros en su haber pero aún lejos de sus comedias más destacadas, Wilder se embarcó en un proyecto interesante. Haciendo las veces de director, guionista y productor, Wilder buscó en El Gran Carnaval meterse en el sórdido mundo de los medios de comunicación,  tal cual había hecho un año antes con el medio del cine en El Crepúsculo de los Dioses.  La película generaría controversias, pero el director de origen austriaco demostró un gran control sobre su producto y sobre el manejo de una producción difícil debido a las locaciones y a la temática.






Inscrita como un film noir, El Gran Carnaval cuenta con un proceso de adaptación de Wilder en diferentes aspectos. Esta sería la primera vez que Wilder tomaría el rol de productor, habiendo sido solo director y guionista de sus anteriores entregas. Así mismo, por 14 años Wilder había trabajado con el escritor Charles Brackett pero las controversias creadas por El Crepúsculo de los Dioses y otras diferencias más, hicieron que la pareja creativa se desintegrara, dejando a Wilder la responsabilidad del guion. Aún así, Wilder buscó imprimir fuerza y vitalidad a una historia repleta de antihéroes y corrupción, logrando de manera precisa un intenso descenso en la condición humana.






La película estaría también impregnada con el gran talento de su actor principal, Kirk Douglas. La interpretación de Douglas para convertirse en el ambicioso Chuck Tatum es precisa. Un actor a punto de convertirse en uno de los grandes referentes de su generación, Douglas ofrece una brillante actuación logrando el objetivo de Wilder de mostrar a una víctima y a un victimario. Douglas es un actor compacto y evolutivo, quien comienza a mediados de los cuarenta una carrera sorprendente, siendo en las siguientes dos décadas uno de los actores más reconocidos del medio. Junto a él, Jan Sterling logra su mejor performance. Una actriz mayormente para roles secundarios, Sterling tuvo un paso relativamente popular en los años cincuenta, siendo llevada a la televisión durante las siguientes décadas. La película haría uso de un gran número de extras y un set impresionante llevando a la producción a casi dos millones de dólares en gastos.






El título de la película sería cambiado antes de su estreno por el ejecutivo de Paramount, Y. Frank Freeman, poco antes de su estreno (Ace in the Hole sería el título original en inglés, para convertirse después en The Big Carnival). La película sería el primer fracaso de público y crítica para Wilder. Si bien esto no dañaría la fama de Wilder (quien dos años después lanzaría Stalag 17 y constantes triunfos durante los siguientes años), sí calaría sobre el producto. El Gran Carnaval sería una película “casi” olvidada dentro de la filmografía de Wilder, pero ha tenido un renacimiento en las últimas décadas. Provista de ácidos y extremos personajes, la crítica actual ha encontrado una frescura en el filme en cuanto a nociones políticas y sociales actuales. El Gran Carnaval sería finalmente una joya más de Wilder, colocándolo dentro del aprecio del público tanto para él como para su actor principal, Kirk Douglas.






Datos.

Título Original: Ace in the Hole
Dirección: Billy Wilder
Año: 1951
País: Estados Unidos
Intérpretes: Kirk Douglas, Jan Sterling, Robert Arthur, Porter Hall, Frank Cady, Richard Benedict, Ray Teal, Lewis Martin
Duración: 111 min.


viernes, 5 de febrero de 2016


OCHO Y MEDIO (II)




Intro.

Has escrito en un papel todo el desarrollo. Lo has escrito pensando en los siguientes movimientos. En los movimientos de cada uno de ellos y como deben actuar. Has esperado y has entendido. Así has vuelto a revisar esas páginas y agregado algunos detalles. Algunas palabras que te confortan y te animan a seguir creando nimiedades relacionadas con la naturaleza. Ahora es el momento de darle movilidad a tus escritos, de poner rostros en esos huecos y de colocar sentimientos a cada palabra. Lo has logrado. Eres un director. ¿Ahora qué más puedes decir?






Cuerpo.

Pero si Mastroainni es el punto resaltante del filme, Fellini imprime en los roles secundarios esa necesidad de mostrar actores de carácter capaces de manejar a la perfección sus escenas, provocando así que todo el cuerpo de la película cobre tonos de importancia y fineza. Anouk Aimée, la actriz francesa que también participó en La Dolce Vita, es la esposa de Guido Anselmi, el personaje de Mastroainni. Aimée tendría una gran carrera en los sesenta y setenta siendo recordada por filmes puntuales, pero sería a través de su colaboración con Fellini que lograría un estatus para su futura carrera. Rossella Falk sería la amiga del personaje de Aimée. La actriz italiana muy pedida en el teatro de su país tendría pocas actuaciones en el cine, siendo esta la más destacada. Sandra Milo sería la amante de Guido. La actriz italiana tendría una relación personal y profesional con Fellini que terminaría debido a su matrimonio y aunque tuvo varios regresos al cine, no podría trascender en el medio. Claudia Cardinale, todo un ícono sexy de esos tiempos, tendría también un rol en 8 ½. En su cuerpo de trabajo se encuentran los más grandes directores y trabajar con Fellini era algo deseado aunque las técnicas del director las encontrara poco ortodoxas a comparación de otros realizadores más esquemáticos y ordenados.






El reparto lo complementan en roles aún más secundarios rostros reconocidos. Barbara Steele, muy recordada actriz sobre todo por la Máscara del Diablo de Mario Bava y una de las razones por las cuales que Fellini la escogió para el filme. Madeleine LeBeau, quien tendría un pequeño rol en Casablanca, interpretaría a una actriz francesa que es parte del desdén de su director. Así también Caterina Boratto, la actriz italiana de poquísimas apariciones y retirada hace más de diez años tuvo que ser convencida por Fellini con un rol pequeño pero que en esencia es parte del cine de Fellini, el del rostro bello y mítico que parece no estar allí pero que siempre se encuentra en la memoria del director. La actriz Eddra Gale cumple con uno de los fetiches de Fellini, el de la mujer de los amplios pechos que ha sido una de las marcas de Fellini en su carrera. Otros integrantes del reparto no eran exactamente actores pero formaban parte del círculo social de Fellini o allegados como Eugene Walter, Jean Rougeul, Ian Dallas, entre otros.






Otro de los puntos cumbres de la película es la música. Nino Rota combina lo tradicional con lo popular en un ascenso total en su carrera. Junto a Fellini decidieron hacer un simbolismo de 8 ½, logrando en su perfecta colaboración una sinfonía de escalas impresionantes para la partitura de la película. Pero no todo el mundo se encontró complacido con esta entrega. Muchos puristas encontraron esta combinación poco apropiada y vergonzosa por parte de Rota, entendiendo que estaba denigrando la música clásica. Para Fellini, era perfecta. Su asociación con Rota sería una de las mayores colaboraciones del director italiano ya la calidad entre ambos era innegable.






La película sería clamada en todos sus aspectos. Fellini probaría una vez más su capacidad como creador y muchos galardones fueron a parar a sus manos, entre ellos el Oscar como mejor película extranjera. Su influencia es por demás denotada en el mundo del cine siendo referente dentro de muchos directores. Fellini planteó una película que se dividía entre sueños y realidad plasmados por la indecisión de un personaje que buscaba cierto sentido de paz y concreción en su vida pero que incapaz de lograrlo debido a su pobre actitud con respecto a todo. Un soñador, una suerte de poeta, el personaje de Guido Anselmi se pierde en su propia idealización con respecto al arte, las mujeres y a su sociedad contentándose con sus imaginaciones perfectas, con todo aquello que “podría ser” pero que no terminan de aparecer debido a que se siente aplastado por toda la mecánica alrededor del cine que le impiden a desarrollarse tal cual el quisiera. Pero esta forma perfecta de creación es también irreal, es la manera del personaje de huir de hechos concretos y de no entender que la ficción no debe ser la copia fiel de la naturaleza sino que es una vasta gama de formas y reinterpretaciones. Fellini logra el sueño al crear algo totalmente original y fidedigno: un director confundido, el cine con respecto al cine, el ser humano sobre la interioridad del ser humano.







Datos.

Título Original: Otto e Mezzo
Dirección: Federico Fellini
Año: 1963
País: Italia
Intérpretes: Marcello Mastroainni, Anouk Aimée, Rossella Falk, Sandra Milo, Claudia Cardinale, Simonetta Simeoni, Guido Alberti, Mario Conocchia, Bruno Agostini, Cesarino Miceli Picardi, Jean Rougeul, Mario Pisu, Barbara Steele, Madeleine LeBeau, Caterina Boratto, Eddra Gale, Eugene Walter, Ina Dallas, Edy Vessel
Duración: 138 min.






OCHO Y MEDIO (I)




Intro.

Has escrito en un papel todo el desarrollo. Lo has escrito pensando en los siguientes movimientos. En los movimientos de cada uno de ellos y como deben actuar. Has esperado y has entendido. Así has vuelto a revisar esas páginas y agregado algunos detalles. Algunas palabras que te confortan y te animan a seguir creando nimiedades relacionadas con la naturaleza. Ahora es el momento de darle movilidad a tus escritos, de poner rostros en esos huecos y de colocar sentimientos a cada palabra. Lo has logrado. Eres un director. ¿Ahora qué más puedes decir?







Cuerpo.

En 1960, Federico Fellini había logrado lo que muy pocos grandes directores pueden lograr en vida: el reconocimiento total por su capacidad artística. La Dolce Vita había sido un hito en el cine, procurando para Fellini la inmortalidad, así como toda la libertad para sus siguientes proyectos. Fellini después de luchar en su juventud contra los puristas del neorrealismo italiano había logrado imponer su propio lenguaje para dirigir. Era ahora un director que se encontraba en la cumbre, algo que se mostraría desorientador para el italiano de 40 años. Y en realidad era así. Ahora todo el mundo estaba pendiente de Fellini. ¿Qué crearía después de la majestuosidad de La Dolce Vita? ¿Con qué podría sorprender si aparentemente lo había dicho todo? Es allí cuando los mecanismos creativos encontrarían un hueco y desde ese hueco Fellini simplemente trabajaría a través de su reflejo como director.






En 1962, Fellini dirigiría un segmento de Boccaccio '70, un filme antológico compartido por cuatro episodios dirigidos por diferentes directores. Los otros tres lo complementaban Mario Monicelli, Luchino Visconti y Vittorio de Sica. “La tentación del Doctor Antonio” era una especie de satira, era Fellini haciendo algo de comedia y una vez más encumbrando a la despampanante Anita Ekberg. Pero este era un intermedio para un nuevo proyecto de Fellini que parecía tomar más tiempo de lo adecuado. Fellini se referiría a estos momentos como un bloqueo de autor, como lo que le sucede a los escritores cuando se encuentran con una página en blanco y simplemente no pueden pensar en palabras. El director italiano volvería sus ojos a su propio oficio y se preguntaba como podía entender esta incapacidad por crear su siguiente proyecto. Fue así que decidió como una especie de juego crear una película sobre un director que no podía hacer una película. Como otro aspecto lúdico decidió llamar a la película 8 ½, porque según sus cálculos había realizado siete películas y una colaboración, la cual tomaba como “medio”.






Así, Fellini se embarcó en lo que sería la película más representativa de toda su carrera. Pero crear 8 ½ era algo más que el usual procedimiento para Fellini en la creación de películas. Basado en su primer instinto para crear la película, su bloqueo de director lo tomó como parte natural del proceso y así también todo lo que siguió. Las confrontaciones con productores, guionistas, así como las elecciones en el reparto y demás problemáticas para un director fueron plasmadas en el filme, pero Fellini lo plasmaba de manera muy personal. Muchas de las ocurrencias de las películas se derivaban de las experiencias de Fellini con personas reales y es así como uno de los conflictos mayores de crear 8 ½ sería su relación con su esposa y actriz Guilietta Masina. Fellini era un esposo infiel y eso era algo reconocido, la plasmación de ese hecho en la película incomodó mucho a Masina, quien vería el arte copiando la realidad cuando ella visitara el set y se encontrara con que en la película eso era efectivamente una de las escenas. La amante de turno era Sandra Milo y todo ello llevó a una extraña relación entre ambas mujeres, quienes eran amigas. Peor aún, Fellini había decidido recrear al personaje principal en una imagen inmortalizada de él, a la vez caricaturizada con sus manías y tendencias. Para dicha labor solamente pensó en un actor: el gran Marcello Mastroianni.






Muchas veces se ha dicho que el más grande Mastroianni de todos los tiempos es el Mastroianni de Fellini. Y es cierto. El director italiano explota a la estrella maravillosamente para convertirlo en su flamante “director”. Y es así. Mastroianni es Fellini. La película es una derivación de la personalidad de Fellini (sombrero incluido) en el cual todas sus necedades, incapacidades amorosas, nociones artísticas abstractas, intolerancia y desinterés con sus actores son viva imagen de un Fellini que encuentra en Mastroainni su receptáculo para reinterpretar, desde una imagen más joven y varonil, a su alter ego, a ese invencible ser que es parte del torrente de creación y que a pesar de tristezas y desencuentros domina la escena con magnificencia total, gracias a una labor de un Mastroianni impecable, simplemente divino. El actor italiano seguiría cosechando triunfos durante toda su carrera pero su colaboración con Fellini en esta película y La Dolce Vita son sus personajes primordiales dentro de toda su filmografía. Fellini y Mastroainni son los genios detrás de 8 ½.







Datos.

Título Original: Otto e Mezzo
Dirección: Federico Fellini
Año: 1963
País: Italia
Intérpretes: Marcello Mastroainni, Anouk Aimée, Rossella Falk, Sandra Milo, Claudia Cardinale, Simonetta Simeoni, Guido Alberti, Mario Conocchia, Bruno Agostini, Cesarino Miceli Picardi, Jean Rougeul, Mario Pisu, Barbara Steele, Madeleine LeBeau, Caterina Boratto, Eddra Gale, Eugene Walter, Ina Dallas, Edy Vessel
Duración: 138 min.