lunes, 16 de febrero de 2015


VIAJE A ITALIA





Intro.

¿Necesitas un viaje para entender tu mundo? ¿Cómo puedes hablar cuando las palabras no te pertenecen? Afuera hay otro mundo más hostil, más peligroso y solamente entiendes poco. Pero también hay vidas antes que tú que han formulado las mismas preguntas y han dejado las mismas respuestas. ¿Quién eres tú en esta infinita cadena? ¿Quién eres para no sentir miedo?






Cuerpo.

“Ví sus películas Ciudad Abierta y Paisa, y me gustaron mucho. Si necesita una actriz sueca que hable inglés muy bien, que no haya olvidado su alemán, que no es muy entendible en francés y que en italiano solamente sabe ‘ti amo’, estoy dispuesta a ir y hacer una película con usted”. Es así como, a través de esta carta que la relación entre Roberto Rossellini e Ingrid Bergman comenzaría. Por un lado fue una gran colaboración artística, demostrando una gran sensibilidad y compatibilidad en las obras que surgieron y por otro, el escándalo frente al adulterio de ambos, siendo un punto de crítica aún más exacerbado cuando Bergman quedo embarazada. Todo ese rollo mediático condenó a ambos en Estados Unidos y su triunfo artístico quedo encasillado en Europa, siendo de un mayor relieve posterior dentro de la obra del director italiano.





Rossellini empezó su carrera a finales de los años treinta, pero sería a los mediados de los cuarenta con el nacimiento del neorrealismo italiano y con Roma Ciudad Abierta (1945), en donde sería reconocido mundialmente. Rossellini sería parte importante del movimiento y comenzaría a fomentar su gran carrera con entregas decisivas. El director italiano pasaría por diferentes etapas en donde incluiría a Bergman en sus procesos. Ambos lograrían seis películas en cinco años.





Bergman comenzó siendo una joven promesa en Suecia, lo que la llevaría a Hollywood a finales de los años treinta. Después de algunas películas llegaría Casablanca (1942), una producción que no parecería marcar pauta en un inicio pero que terminaría convirtiéndola en un rostro inolvidable y decisivo en el cine, acercándola a más grandes producciones y artistas de su tiempo, como lo sería Alfred Hitchcock. Pero entrando a los años cincuenta su relación con Rossellini terminó su periplo en Estados Unidos y comenzaría una fructífera etapa en Europa para su posterior reposición en Hollywood en 1956 con Anastasia. Durante las siguientes dos décadas su trabajo sería muy profesional dividiéndolo en cine, teatro y televisión.





Viaje a Italia es considerada la mejor entrega de la colaboración Rossellini-Bergman. Su toque humanista así como las actuaciones nos muestra la terrible decadencia de un matrimonio en su etapa más crítica. Esta pareja es conformada por Bergman y George Sanders. Sanders era un gran actor de carácter con un variado número de performances en Hollywood, lo que incluiría un Oscar a mejor actor de reparto por Eva al Desnudo (1950). A veces era inusual que actores ceñidos a Hollywood hicieran filmes fuera de este pero solía suceder, además era una elección particular de Rossellini por el talento demostrado. Pero la manera de conducir del director italiano era algo no esperado por Sanders. Bergman tampoco estaba acostumbrada a este tipo de dirección pero ya había trabajado en varias producciones con Rossellini. Más asentado a las estructuras inamovibles de Hollywood, Sanders tuvo que lidiar con un director encerrado en sus propios métodos, imposible de confraternizar y cuya regla era construir en el momento y en donde el actor se sienta motivado a partir de su propia angustia. Es conocido el drama personal de Sanders en cuanto a la filmación, lo que lo llevó a ciertos episodios depresivos.





Rossellini aplicaba la problemática de la vida y la realidad en sus filmes. Viaje a Italia es un intenso recorrido a una ciudad casi olvidada como paralelo a una relación que se desmorona, que fue efectivamente lo que pasaba con su matrimonio y con el matrimonio de Sanders con Zsa Zsa Gabor. El filme es parte del enfoque realista, demostrando los defectos de una pareja plenamente destruida, solamente que nadie es digno de reconocerlo. Como un buen ejemplo de la ficción imitando a la realidad, Rossellini recrea el guion demostrando todas las incapacidades de dos seres humanos ante lo inevitable, pero al mismo tiempo demuestra esa incapacidad del ser humano por dejar todo atrás, por atarse a la monotonía y por entender que los significados no son aquellos que mantenemos en nuestra memoria por años, si no aquellos que vamos descubriendo mientras envejecemos. Esta difícil relación de lo que fue, lo que no es y de lo que no sabemos que será, pone en relieve el miedo personal, la soledad, la alienación y ese duro golpe de pasar por una crisis personal mientras el mundo sigue girando tal cual.





La película sería un fracaso comercial, teniendo que esperar un año para encontrar un distribuidor. Descartada por críticos italianos e internacionales, los únicos que vieron en esta película un toque de distinción fueron los críticos franceses de Cahiers du Cinéma, encabezados por Truffaut y Godard. Llamada por ellos como “la primer película modernista”, Viaje a Italia es una experimentación algo calculada de Rossellini debido a que el director italiano no era un planificador nato, sino un creador buscando motivos incluso al momento de filmar. La poca recepción de la película también lo señalaría culpable por quitarle a Bergman la posibilidad de explotar todo su potencial en Hollywood. Pero el tiempo terminaría dándole la razón. Todo su período con Bergman es ahora parte de un ciclo del director italiano en donde su compromiso parte por presentar la humanidad de sus personajes y su angustia ante un mundo moderno que no los comprende. Viaje a Italia está considerada como uno de los mejores productos de Rossellini, siendo parte del inmortal legado de una Italia en el cierre de un gran movimiento y la última gran colaboración de Rossellini con Bergman, que se divorciarían en 1957.






Datos.

Título Original: Viaggio in Italia
Dirección: Roberto Rossellini
Año: 1954
País: Italia
Intérpretes: Ingrid Bergman, George Sanders, Maria Mauban, Anna Proclemer, Paul Müller, Leslie Daniels, Natalia Ray, Jackie Frost
Duración: 97 min.

martes, 10 de febrero de 2015


LA QUIMERA DE ORO




Intro.

De repente brilla demasiado y sabes que vale demasiado. Arriesgar tu vida parece un pequeño pago a cambio de lujos, dinero y todo aquello que puedas soñar. Solamente debes saber lidiar con osos, hombres avaros y tu propia torpeza. Seguramente después de todo ello puedas reír del asunto mientras hincas los panecillos con tus tenedores.






Cuerpo.

Dentro de todas sus obras, Chaplin quiso que La Quimera de Oro fuera aquella por la cual fuera recordado. Como en muchas de sus producciones y debido a su personalidad, Chaplin controla prácticamente todos los aspectos de la película, siendo esta la primera película muda en donde el maestro inglés hiciera una versión hablada con una voz en off y que se convertiría en la versión más popular. Siendo construida en 1942, Chaplin cambió algunos elementos, así como eliminó los intertítulos y le dio mayor velocidad al filme. Si bien copias de la versión original de 1925 existen, estas se encuentran más dañadas que la versión posterior de Chaplin.





Charles Chaplin es un genio irrepetible. De tantas facetas, Chaplin logró controlar sus producciones fungiendo tanto de productor, director, guionista, actor, compositor y editor. Su capacidad para crear comedia y hacer de lo cotidiano su jardín de juegos es insuperable. A partir de su personaje del vagabundo entró en el imaginario popular representando a una persona de escasos recursos pero de ciertas habilidades que le permitían ser totalmente dinámico y encontrarse en las situaciones más peculiares. Chaplin hizo reír al mundo una y otra vez, y su ascenso fue a partir de su inmenso amor del cine creando arte y respetando a su público. A pesar de no haber creado aún sus más representativos trabajos, para 1925 el genio inglés había demostrado su perfecta combinación entre tragedia y comedia, logrando inspirar las risas constantes hasta las lágrimas más incontrolables. El Pibe (1921) había sido un claro ejemplo de ello y a través de todos sus cortos Chaplin estaba forjándose de una clara habilidad y una identificación en el medio.





Chaplin siempre fue un director voraz. Pedía lo mejor de sus actores y los empujaba a ello. Las tomas eran constantes y la búsqueda de perfección así como algunos cambios en plena filmación, era algo que Chaplin manejaba en el día a día. La primera intérprete para el papel femenino era la esposa de Chaplin en ese entonces, Lita Grey. Por razones desconocidas, aunque se supo que su matrimonio comenzó a colapsar en medio de la producción, Chaplin la reemplazó por Georgia Hale. Era conocido que el intérprete del vagabundo siempre se enamoraba de sus coprotagonistas y en el caso de Hale eso no sería una excepción. Siendo un genio temperamental, Chaplin no dejó que ello le afectara y mantuvo su nivel de rigidez y excelencia durante todo el proceso.





La Quimera de Oro sería un éxito total en Estados Unidos y el mundo, siendo la quinta película muda más taquillera de todos los tiempos, y la comedia muda más exitosa financieramente. La película nos sitúa nuevamente en una de las tantas aventuras del vagabundo, esta vez en búsqueda de oro. Las coreografías, los juegos y demás bufonadas de Chaplin están en todo su esplendor. Dos momentos esenciales de la película han quedado para el recuerdo del mundo: la primera nos muestra al vagabundo que en un acto de desesperación se come uno de sus zapatos, haciendo una crítica sutil a la sociedad, algo que era muy frecuente en él y por lo cual en años venideros se ganaría problemas con la censura en Estados Unidos. La segunda es el recordado baile de los panecillos en donde Chaplin con una simpleza y sensibilidad de niño nos emociona con un simple acto, haciendo de este uno de los momentos más recordados del cine mundial. Chaplin es motivo de inspiración, algo que muchos comediantes han mantenido incluso en nuestros tiempos y que reconocen el talento de uno de los iniciadores de la comedia en el cine.






Datos.

Título Original: The Gold Rush
Dirección: Charles Chaplin
Año: 1925
País: Estados Unidos
Intérpretes: Charles Chaplin, Georgia Hale, Mack Swain, Tom Murray, Malcolm Waite, Henry Bergman
Duración: 95 min.

viernes, 6 de febrero de 2015


METRÓPOLIS (II)




Intro.

Una ciudad construida desde sus cimientos es el paso de la tecnología en el hogar de todos. Palabras que se lleva el viento. Revoluciones que no terminan de crearse. Un niño que no nace. Toda la maquinaria que levanta muros, construye calles e intenta tocar el cielo con cuerpos inanimados se encuentra en peligro porque ante tanta monotonía alguien ha colocado un pensamiento y es un pensamiento lo que todos tememos.






Cuerpo.


Dentro de estos efectos especiales hay que tomar en cuenta uno que sería un emblema para futuras generaciones. La llamada maschinenmensch o máquina humana, es la versión robótica del personaje María. La peculiaridad de esta invención por parte del científico Rotwang es que el robot tenía dos versiones, su parte robótica y su parte humana que presentaba a una María despiada, interpretada por Brigitte Helm. Hacer este papel fue toda una dificultad para la actriz alemana quien debía someterse a la pesada estructura creándole bastante incomodidad, aunque las tomas del robot serían pocas. En la novela el robot sería destruido mientras que en la película su destrucción no es clara, dejando abierta la posibilidad que haya sobrevivido. Su creación es peculiar, en parte como un emblema de la amante muerta de Rotwang, aunque esto no es claro, y a partir de un material nuevo denominado como “madera plástica”. En el filme sería simplemente llamada María pero en la novela de von Harbou su nombre era Futura y se convertiría en el primer robot en parecer en pantalla.





La distribución de la película no sería nada fácil, menos aún en Estados Unidos donde el filme fue denegado por cuestiones de duración y de temáticas. La censura siempre fue algo con lo cual los filmes europeos debían lidiar, sobre todo cuando se toma cuestiones religiosas y políticas que se podían interpretar como “un mal mensaje” para la audiencia. En el caso de Metrópolis ello se vería reflejado en una reducción del material, lo que conllevaría a la futura pérdida de ciertas escenas. Posteriormente se trató de preservar un poco la originalidad del filme llevándolo siempre a la duración exacta pero el daño ya estaba hecho y se necesitarían demasiados años para lograr un resultado casi decente.





Durante la década de los años setenta y ochenta se logró restaurar el filme con mayor precisión y el interés por otras figuras, sobre todo en el aspecto musical. Varios artistas reconocidos del medio musical encontraron en Metrópolis una fuente de inspiración y experimentación, lo que conllevaría a futuros proyectos con resultados bastante respetados. Lang fue muy crítico con su obra, viendo en la influencia de von Harbou y el partido nazi como algo negativo y por lo tanto, no queriendo que su película se viera afectada por ello decidió simplemente no darle importancia. El maestro alemán no buscaría una mejor reinterpretación de su obra luego de sus cortes, no interviniendo en el destino del filme. Como antes mencionado, su mayor restauración ocurriría en el 2010. Lang moriría en 1976 sin ver su obra restablecida.





La importancia de Metrópolis en el cine es inconmensurable. No solo se trata de una película que es el motor iniciador para tantos aspectos técnicos, pero es un grito libertario sobre los procesos humanos en donde el enriquecimiento y el “avance” de la sociedad solo nos demuestra que su real significado es la subyugación de una porción de dicha sociedad bajo otra. Los motivos artísticos en Metrópolis también son importantes, es la simple adquisición de fuentes importantes en el arte, siendo Antonio Sant’Elia una decisiva contribución, para poder llegar a algo original. A ello se le suma la pericia de Lang para imponer una categoría distinta en el cine. Como muchos de sus contemporáneos alemanes, Lang supo retroalimentarse y poner un sello único al mismo estilo que Murnau, Wiene y otros. Lo que erige a Metrópolis es la diferencia que crea con sus pares al introducir un tema tan humano dentro de un contexto de adelanto tecnológico (tanto en el tema como en la creación del filme) y proponer ciencia ficción cuando este no era tema típico en el cine. Ello también le adjudicó el privilegio de ser la primera película designada por la Unesco como parte del programa Memoria del Mundo, que reúne patrimonio cultural mundial debido a su relevancia e influencia bajo un riguroso método de selección.






Datos.

Título Original: Metropolis
Dirección: Fritz Lang
Año: 1927
País: Alemania
Intérpretes: Gustav Fröhlich, Brigitte Helm, Alfred Abel, Rudolf Klein-Rogge, Heinrich George, Fritz Rasp, Theodor Loos, Erwin Biswanger
Duración: 153 min.

martes, 3 de febrero de 2015


METRÓPOLIS (I)




Intro.

Una ciudad construida desde sus cimientos es el paso de la tecnología en el hogar de todos. Palabras que se lleva el viento. Revoluciones que no terminan de crearse. Un niño que no nace. Toda la maquinaria que levanta muros, construye calles e intenta tocar el cielo con cuerpos inanimados se encuentra en peligro porque ante tanta monotonía alguien ha colocado un pensamiento y es un pensamiento lo que todos tememos.






Cuerpo.

Fritz Lang y Metrópolis son un momento total en el cine. Con un impresionante despliegue en el cine mudo, el director alemán empezó a forjarse una carrera vital en el séptimo arte. Acompañado después por Thea von Harbou como guionista, la pareja empezaría a tejer los hilos de lo que sería una de las más grandes películas mudas de todos los tiempos. Totalmente revolucionaria, Metrópolis significó el triunfo más grande de Lang, apoyado por brillantes entregas en los años veinte como El Doctor Mabuse o Los Nibelungos, y por una capacidad ya demostrada de como crear su propio estilo en esta etapa silente. Lang rompería esquemas, siendo la primera película de ciencia ficción y la película más costosa de su tiempo.





Debido a la complejidad de la película y su extensión (la película original dura alrededor de dos horas y media), Metrópolis fue recibida con críticas diversas, en donde se destacó tanto la historia como los efectos y esa noción moderna de la ciencia ficción, primera vez explorada en un largometraje. Como muchas películas mudas, Metrópolis sufrió el paso del tiempo y la pérdida del material original, para llegar a una posterior reconstrucción. Muchos intentos se hicieron por mantener la visión original de Lang pero la gran parte del material estuvo perdido por décadas, logrando paulatinamente restablecer la película a un 95%. En el 2008 se encontró en Argentina una porción del filme, lo cual la dejaría prácticamente completa luego de décadas de descubrimientos y restructuraciones. La restauración final se hizo en el 2010.





Thea von Harbou escribió la novela de donde nacería Metrópolis. Ella junto a Lang reescribieron el guión, el cual pasaría por múltiples cambios. A pesar de contar con un presupuesto moderado, la película incrementaría sus costos debido a las dificultades de la filmación, lo cual tomaría más de un año. Lang era un director severo y perfeccionista, demandando retomas de escenas y creando situaciones que exigían demasiado físicamente de sus actores. Escenas con inundaciones y fuego estaban previstas pero en búsqueda de un mayor realismo, Lang sometía a presiones arduas para que el resultado sea más creíble. Esto crearía tensión dentro del reparto, más aún cuando la mayoría carecía de experiencia en el cine.





Uno de los puntos clave de Metrópolis era los efectos especiales. En plena etapa muda, los efectos especiales eran incipientes en su mayoría y contaban con artistas que ingeniaban como crear nuevas técnicas para sorprender al público. El encargado sería Eugen Schüfftan. El especialista usaría algunos trucos ya adaptados en otras películas como la miniaturización, movimientos inusuales de cámaras, sobreposición, pero la innovación se debe a lo que ahora se conoce como el proceso Schüfftan. Cuando trabajaban con construcciones en miniatura, Lang deseaba insertar a los actores en dichas tomas y Schüfftan creo un método bajo el uso de espejos en el cual a través de ángulos y posiciones correctas de los actores podía reflejar esta imagen para que encajaran perfectamente en la toma, logrando el efecto de creer que los actores se encontraban en dichas construcciones. El proceso puede ser invertido para que sean las construcciones que sean reflejadas en un espacio ocupado por los actores.






Datos.

Título Original: Metropolis
Dirección: Fritz Lang
Año: 1927
País: Alemania
Intérpretes: Gustav Fröhlich, Brigitte Helm, Alfred Abel, Rudolf Klein-Rogge, Heinrich George, Fritz Rasp, Theodor Loos, Erwin Biswanger
Duración: 153 min.